LA NUTRICIÓN EN 2018: ASÍ LA HE VIVIDO YO

Pocos son los días que quedan  para que se acabe el 2018 y con este post quiero resumir las experiencias en nutrición que he vivido este año.

Ha sido un año donde hemos seguido luchando contra las estrategias de la industria alimentaria, la cual quiere vendernos como saludable productos que no lo son. Sobretodo en alimentación infantil donde pasan olímpicamente de las recomendaciones de la OMS y carecen de toda ética a la hora de promocionar un producto.

Me ha gustado mucho redescubrir las grasas saludables como alimento imprescindible en nuestra alimentación, de hecho varios estudios afirman que las dietas que reducen los carbohidratos y azucares dan mejores resultados que una dieta baja en grasa, por tanto, debemos de priorizar en nuestra alimentación alimentos ricos en grasas saludables como aguacate, aceite de oliva, frutos secos, semillas, incluso coco o aceitunas bajas en sal y limitar aquellos productos ricos en azucares refinados como galletas, bizcochos, dulces, caramelos y procesados en general.

Por tanto, todo el movimiento #realfood o comida real ha experimentado un gran auge. Volvamos a los alimentos más simples, frescos, de temporada y mínimamente procesado, aunque su contenido en grasa pueda ser mayor. El ejemplo más representativo de esto es el yogur. Un yogur natural blanco, sin nada, es mucho más saludable que un yogur desnatado, ya que éste último lleva más ingredientes y aditivos que el natural.

Otras de las ventajas de las grasas, es que dan sabor y sacian, con lo cual son ideales a la hora de llevar a cabo una dieta. Un vaso de leche semidesnatada te aportará mas nutrientes y saciedad que uno vaso de leche desnatada, con lo que podrás llevar mejor el no picar entre horas.

También ha sido un año donde he tenido la oportunidad de conocer nuevos enfoques en nutrición, como la dieta paleolítica, saber más de ella me ha llevado a una reducción en mi alimentación de los hidratos de carbono, experimentando cierta mejoría en mi peso y estado físico, siempre acompañado de ejercicio, si no los resultados no serían los mismos. Esto no quiere decir que vaya a desterrar los hidratos de carbono de mi método dietético, pues son también necesarios, incluso dependiendo del momento en que el estés de un tratamiento de reducción calórica, son importante. 

Otro tema ha avanzado este año son  los ayunos y las restricciones calóricas temporales. Antes pensábamos que era un error pasar algún día sin comer, ahora muchos estudios apuntan a que incluir está practica, tiene numerosos beneficios, entre ellos, mejorar la sensibilidad a la insulina. Sin embargo, al igual que comentábamos arriba, no siempre se está preparado para llevar esta técnica, depende mucho de tu situación fisiológica y tus circunstancias personales. 


Por supuesto, han caído muchos mitos como el de afirmar que el desayuno es la comida más importante del día. ¿No será todo una invención de la industria, que ha creado productos específicos para el desayuno, quien esta detrás de que todos desayunemos por obligación? Sea ésta la razón o no, lo cierto es que no a todas las personas le apetece desayunar por la mañana y no por eso están más cansados ni deprimidos. Pero también es cierto, que hay que individualizar, si a ti saltarte el desayuno te implica que luego vas a picotear durante la mañana, pasar hambre o ansiedad o vas a comer mucha cantidad en la comida, si que te interesaría tomar algo al levantarte o poco tiempo después.
Lo mismo para las 5 comidas al día, la pirámide alimentaria, la prohibición de los hidratos en la cena, beber 2 L al día...Son todos postulados genéricos que no le sirven a todas las personas. 

Cambiando de tema, este años he dedicado mucho tiempo en repasar y actualizar mis conocimientos sobre las patologías intestinales. Gracias al Dr Blas López Rueda y sus grupos de facebook sobre las intolerancias digestivas y de SIBO he aprendido mucho más sobre este tema. La gran novedad es que normalmente una intolerancia a la fructosa es secundaria a otra enfermedad, como un síntoma más que provoca la patología que la persona está padeciendo. Una buena microbiota es fundamental para una buena salud y debido a los procesados, entre otros hábitos, la estamos estropeando, de ahí que cada vez aparezcan más problemas intestinales.






Ha sido un año también de inversión en libros sobre nutrición, los cuales he disfrutado muchísimo.

"Coaching Nutricional" de Yolanda Fleta y Jaime Giménez.

"Mama come sano" de Julio Basulto.

"Recetas para una digestión tranquila" de Cecilia Hauge Agotnes.

"Fitness Revolucionario: Lecciones ancestrales para una salud salvaje" de Marcos Vázquez García.





Después de terminar este post, me he dado cuenta que más que un resumen es una precuela de todo lo que nos espera el año que viene. Seguir aprendiendo y avanzando es clave en nutrición. Es cierto que a veces esto da la sensación de que queremos confundir a la población, porque aquello que era bueno hace años ahora es malo y viceversa, pero ese no es el fin, si no todo lo contrario, dar una información más clara y veraz, ya que cada vez hay mas acceso a nuevos estudios, los cuales son más completos y muchos de ellos están libres de intereses. 

Recuerda: 

LA NUTRICIÓN ES UNA CIENCIA VIVA.

Nos vemos el año que viene.

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