MENÚS SALUDABLES: ¿UNA HERRAMIENTA O ALGO MÁS?


Desde hace algún tiempo, el enfoque en las consultas de nutrición ha cambiado. Cada vez tratamos de hacer más protagonista al paciente, ya sea para perder o ganar peso o mejorar la salud.

El nutricionista y sus métodos de trabajo deben verse como herramientas que nos ayudan a conseguir objetivos, pero es la persona la que debe hacer los cambios correspondientes para llegar a dicho objetivo.

Una de las herramientas más usadas por los nutricionistas son los menús saludables entregados en las consultas y es de lo que me gustaría hablar hoy, ya que últimamente he vivido situaciones que me han hecho reflexionar sobre el uso que los pacientes hacen de él y hablar de sus ventajas, desventajas y los objetivos de dicha herramienta.

Entre las ventajas que encontramos son el control y la disciplina que ofrece sobre la alimentación. Nos aporta lista de alimentos con la que ir a comprar, nos ayuda a organizar las comidas. En resumen, sirven para llevar un orden lo que favorece la consecución de unos objetivos saludables.

Pero entre las desventajas más comunes son la autoexigencia de la persona a cumplir las pautas, lo cual lleva a una frustración si no se consigue y da lugar a un aumento de la ansiedad y de no estar haciendo bien la dieta, que no ayuda en nada al objetivo del tratamiento. Además, se crea una dependencia del menú que cuando terminamos el proceso y no tenemos esa guía, ya no sabemos como comer y volvemos a unos malos hábitos.

Como he dicho arriba el menú debe funcionar como una herramienta, una guía que te ayude a establecer una manera de comer, de representar los grupos de alimentos, a llevar una alimentación variada. Por eso siempre hablamos de que los menús deben ser personalizados, adaptados a tus gustos y estilo de vida, para que cuando cumplas tus objetivos seguir llevando una alimentación saludable sea lo más fácil posible.

Aunque es cierto, que los menús de las consultas están calculados dentro de unas necesidades calóricas y con un reparto de macronutrientes equilibrado, a largo plazo ese aspecto no es tan importante, como si lo es el llevar una alimentación libre de productos procesados y con un perfil nutricional bajo.

Una de las herramientas que más ayudan a la organización de los menús como al control de la alimentación son los diarios. Anotar todo lo que comes, te ayudará a tener una visión objetiva de como es tu alimentación y verás donde tienes que cambiar para mejorar.

Existen menús cerrados, menús abiertos, guías de recomendaciones, guías alimentarias...Al final es encontrar el método más adaptado a ti. Por supuesto ser sinceros con el profesional de la nutrición y hablarle de vuestras inquietudes, dudas y problemas que surgen al empezar el tratamiento. Recuerda que eres la pieza fundamental del proceso y de tu bienestar depende tu éxito.



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