REFLEXIONES: INDUSTRIA ALIMENTARIA

De vez en cuando, me gusta reflexionar sobre algún tema de actualidad o sobre datos que me sorprenden. Esta vez voy a hablar sobre productos procesados, los cuales están en el candelero, un día si y otro también.

No me extraña, que asistamos a una avalancha de noticias sobre este tema, yo sin más estoy preparando un trabajo sobre los ingredientes de los alimentos procesados. Nunca me imagine llevarme tal disgusto. No hay ningún producto que este libre de pecado.

La verdad que nunca me había fijado tanto en las etiquetas de los alimentos como lo estoy haciendo ahora. Siempre confié en la industria alimentaria, pues pone a nuestra disposición numerosos alimentos y productos con los que podemos dar variedad a nuestra dieta, pero nunca pensé que fuera pagando un precio tan alto: NUESTRA SALUD.

Productos que dicen ser una cosa y luego no son, alimentos enriquecidos pero insanos, publicidad engañosa....La lista es interminable.

 "¿Pretendes que compre un pan con centeno que lleva solo un 10% de centeno? Lo siento pero no. Cuando compro un pan de centeno espero que sea 100% centeno.

¿Acaso me vas a convencer de que consuma una bebida vegetal de almendras que solo lleva un 2% de almendras, y que sus ingredientes principales son agua y azúcar? Si quiero una alternativa saludable a la leche de vaca, lo siento, esta no es.

¿Propones que tome un producto enriquecido con omega 3, donde el omega 3 brilla por su ausencia?

¿Me anuncias a bombo y platillo  que tus productos son sanos porque les echáis hierro, fósforo, magnesio, vitamina D... y luego no me cuentas que también lleva azúcar y grasa de palma? Vamos te preocupas de que no sufra anemia pero te da igual si acabo con diabetes...Si, ya veo por donde vas."

Nunca me imaginé que la salud importara tan poco a la hora de vender un producto. Incluso las empresas que se consideran preocupadas por la salud, no lo son, por que mientras que en un pasillo te venden un producto bueno en el siguiente te venden uno peor. ¿Realmente estáis comprometida con la salud? Yo creo que no.

Pan Casero
De todo las etiquetas que miro y estudio, la que no tienen un exceso de sal, tiene un grasa de palma e hidrogenada (trans) y la que no con azúcar, y luego están las que llevan el pack completo.
Tenemos productos sin azúcar pero ricos en grasas o productos sin grasas ricos en azúcar. ¿Cuál es mejor de los dos? Ninguno. Es verdad que hay productos que se salvan, pero creo que los podríamos poner todos juntos en un pasillo del super, nos solucionarían muchos problemas. 

Llegado a este punto, entiendo lo difícil que puede ser cuidarse, pues cada día tengo claro que no esta todo es dieta y el ejercicio físico. Es necesario una profunda educación alimentaria enfocada a aprender como podemos hacer nuestra alimentación más sana. Y no, no esta en el super. Hay que buscar en nuestras raíces, en nuestros abuelos...¿Cómo se alimentaban ellos?
La comodidad nos ha alejado de la salud, no solo por el sedentarismo, si no porque todos los alimentos fáciles de cocinar están llenos de sustancias perjudiciales. Nuestra sociedad avanza rápido, lo queremos todo al instante, tiene que ser ya y sin esfuerzo, y ahí es cuando nuestra salud se pierde.

Debemos volver a motivarnos con la cocina y la preparación de nuestros propios alimentos. Comprar alimentos frescos y cercanos, de temporada, y buscar recetas saludables. Frutas, vegetales, legumbres, cereales integrales frutos secos, semillas, carne, pescado, huevos y lácteos. La variedad es muy alta. Pues si pasamos de mitos y noticias con poca veracidad, nos encontramos que la variedad en frutas es enorme, la de verduras igual. Hoy tenemos a nuestra disposición muchas recetas que nos invitan a disfrutar de los alimentos de otra manera. Por ejemplo una zanahoria, podemos comerla cruda, cocida, al vapor, también en patés vegetales y chips al horno (seguro que me dejo alguna).

Vuelve a enamorarte de los sabores naturales de los alimentos. No es que a día de hoy las manzanas no sepan a nada. Es que tenemos el paladar hecho  a los sabores extremos de los productos ya que todo es muy dulce o muy salado. Muchos alimentos llevan potenciadores de sabor, aromas concentrados...¿Cómo va a recordar el sabor de la fruta? Pero con paciencia y constancia, puede volver a hacerlo. Y esto es un toque a los edulcorantes, que sí, que no tienen calorías, pero al paladar si le afecta, porque son tan dulces, mucho más que el azúcar, y claro así es más difícil saborear el alimento natural. Reduce el uso de edulcorantes todo lo que puedas, sustitúyelo por vainilla o canela u otras especias.

Yo muchas veces lo digo, a amigos, familiares, pacientes... "Me he acostumbrado a tomar el café sin azúcar, infusiones, he reducido todo lo que esta en mi mano los productos azucarados, de manera que ahora un dulce o pastel, me sabe malo de lo dulce que esta, horrible"

Aún me queda mucho que hacer, empece con el azúcar, pero poco a poco quiero ir dejando atrás los productos con grasa de palma, buscar los alimentos, aunque sean procesados en su estado original. Por ejemplo, hace muchos años que solo consumo yogures blancos enteros, incluso ya me he pasado al ecológico, pues entre yogures no hay tanta diferencia en el precio, y me ha sorprendido, apenas es ácido, su textura es muy cremosa. Merece la pena. Paso de sabores, desnatados, edulcorados...He vuelto al original.

Espero que este texto os ayude a haceros más exigentes con lo que compráis, que no os confundan, que investiguéis y comparéis productos y etiquetas. Vuestra SALUD saldrá ganando.

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  3. La evolución de la industria alimentaria se desarrolla en un contexto altamente competitivo. El sector atraviesa fuertes limitaciones que empujan a las empresas a asumir importantes desafíos como:

    Estrictas normas de seguridad y trazabilidad
    Desarrollo sostenible
    Evolución de las expectativas de los consumidores
    Aumento del precio de las materias primas

    Los procesos en la industria alimentaria, se enlazan entre sí y forman una cadena de valor: empieza con la producción de los alimentos, continúa con el transporte y termina con la transformación y comercialización de los mismos.

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