UN POST NAVIDEÑO
Me gusta ver como vamos cambiando y como vamos evolucionando en muchas de las áreas de nuestro entorno, por supuesto, la nutrición más aún, ya que es una ciencia viva.
No dividas los alimentos como buenos o malos. Cuando nos imponemos no comer un tipo u otro de alimento, lo que hacemos es generar más ansiedad y si al final caemos en la tentación, luego nos arrepentimos, evita este sentimiento, ya sabes que puedes comer de todo. Si en algún momento tienes ganas de comer algún alimento no te quedes con las ganas. ¡¡Pon un poco de cordura y no abuses!!
Compensar con métodos absurdos, no merecen la pena, pues solo conseguirás pasarlo mal durante determinado periodo de tiempo y cuando te canses volverás a la casilla de salida, es decir, sufrirás el efecto yo-yo. ¡¡Rompe con el circulo vicioso!!
En resumen, vive el presente, disfruta de las fechas, de los alimentos típicos y las buenas compañías. Olvídate del futuro, de los castigos, las compensaciones y los remordimientos posteriores.
Cuando llegan estas fechas, casi siempre nos centramos en como comer mejor, en como desperdiciar menos, coger menos kilos, intentar que las navidades afecten poco a nuestro estado de salud...etc.
Pero... Y si ha llegado la hora de pasar de este mensaje, y si estas recomendaciones ya están obsoletas y hay que enfocar el tema de la alimentación en Navidad de otra forma.
Muchos son los "tuits" o "post" de compañeros de profesión estos días que me han llamado la atención y me han inspirado para transmitiros estas palabras y cambiar un poco mis consejos.
Aunque es verdad que a casi todos os he dado ya las recomendaciones y consejos de Navidad (los antiguos), nunca esta de más tener en cuenta esta información.
¿Qué es lo que cambia con respecto a otros años?
Pues el no darle tanta importancia a lo que se come o se deja de comer. Es más importante lo que se come a lo largo de todo un año que lo que puedes comer en dos semanas. Es decir, a nuestra salud le afecta más como te cuidas en 11 meses y medio que como lo hagas en el resto de ese mes. ¡¡No es importante!!
También dejar de pensar en el castigo posterior a las fechas, es decir, comer pensando en lo que luego, en enero, no vas a comer. Los propósitos de año nuevo deben de pasar por buscar un plan de alimentación responsable a largo plazo y no por un sprint lleno de incomodidades y malos momentos. Por ej. la frase típica de estos días de "voy a hincharme ahora que luego estaré un mes comiendo lechuga". Si quieres hincharte hazlo pero sin pensar en lo que vas a hacer luego. ¡¡Simplemente disfruta!!
No dividas los alimentos como buenos o malos. Cuando nos imponemos no comer un tipo u otro de alimento, lo que hacemos es generar más ansiedad y si al final caemos en la tentación, luego nos arrepentimos, evita este sentimiento, ya sabes que puedes comer de todo. Si en algún momento tienes ganas de comer algún alimento no te quedes con las ganas. ¡¡Pon un poco de cordura y no abuses!!
Compensar con métodos absurdos, no merecen la pena, pues solo conseguirás pasarlo mal durante determinado periodo de tiempo y cuando te canses volverás a la casilla de salida, es decir, sufrirás el efecto yo-yo. ¡¡Rompe con el circulo vicioso!!
En resumen, vive el presente, disfruta de las fechas, de los alimentos típicos y las buenas compañías. Olvídate del futuro, de los castigos, las compensaciones y los remordimientos posteriores.
Cuando llegue el año nuevo,ya será el momento de pensar y tomar decisiones:
Si ya estas haciendo dieta o siguiendo algún plan de alimentación, piensa que no es un mes para retos y metas, puede terminar frustrándote el ver que con tantos eventos no puedes alcanzarlas. Ve día a día cumpliendo lo mejor posible tu planning, y tengas el resultado que tengas, haz borrón y cuenta nueva. Renueva tus metas y objetivos. Puede que el objetivo que te hizo ponerte en marcha ya no tenga sentido y necesites establecer un nuevo propósito y un nuevo plan para conseguirlo, lo que no pueden faltar son tus fuerzas y tu motivación en alcanzar esa meta, sea nueva o antigua.
Si no estás a dieta, pero quieres empezar a cuidar tu alimentación ya sabes, ponte en manos de un profesional cualificado y actualizado, que te ayude a conseguir lo que quieres y aléjate de las promesas rápidas y los planes milagros. Recuerda que las dietas, los menús y las recomendaciones son solo herramientas, los buenos resultados dependen de ti y del uso que hagas de estas herramientas.
Del profesional dependerá que dichas herramientas sean fáciles y adaptadas para ti. El profesional debe tener en cuenta tus necesidades y tus gustos, para darte en cada momento la herramienta que mejor te vaya. La comunicación también es importante, coméntale siempre lo que buscas, lo que necesitas o lo que prefieres, así podrás tener el plan más adaptado posible a ti dentro de un margen realista.
Para terminar, solo desearte....
Imagen de Marjon Besteman-Horn en Pixabay |
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